lunes, 23 de noviembre de 2015

¡FELICIDADES LUCÍA!

     ¡Bienvenidos todos una semana más a nuestro segundo hogar, nuestro cole! ¡El cole del dragón! Bienvenidos todos menos cuatro de nuestros compañeros, porque además de Dylan y Sergio que tenían varicela, han faltado por la misma razón nuestros amiguitos Alonso y Jaime. ¡No nos vamos a escapar  ninguno de la varicela! ¡Qué horror!

     Hoy empezamos la semana de forma muy dulce, tan dulce como la tarta que ha traído Lucía al cole, porque ya ha hecho 4 años. ¡Felicidades Lucía! Hoy era de día para ella de tirones de orejas, de besos, de felicitaciones, de canciones de cumpleaños, y de cariño y amistad. Uno por uno, bueno, mejor dicho de dos en dos, hemos dado un achuchón a nuestra amiga para que se sienta especial en su día. Unos le hemos dado abrazotes, otros un beso, y otros besos de abuela de los que aprietan los mofletes y te hacen saltar los ojos de alegría. Hasta nuestra amiga Patosa se ha animado a felicitar a Lucía.

                            


 


     Nos ha traído una tarta hecha con mucho amor y cariño. Nos la hemos comido casi entera; hasta el profe se ha partido un buen trozo y se ha sentado con nosotros. Pero el momento más divertido ha sido el de soplar las velas. Soplaba Lucía una y otra vez y se volvían a encender solas, como por arte de magia. Nos hemos puesto todos a soplar pero se volvían a encender. ¡Qué risa!








 
     Cuando por fin hemos podido apagar las velas entre todos hemos partido la tarta y hemos empezado a comer. ¡Mamma mia! Casi tenemos que llamar a Sergio, Dylan, Alonso y Jaime para que nos ayuden a apagarlas. Algunos decían que llamásemos al 112 y viniesen los bomberos ¡Jajajaja!
 
     Lucía estaba tan encantada con su corona, como la reina A, que ha querido salir al patio con ella puesta. Pero no sabía que hoy el dragón del cole movía su cola y daba golpes en el tejado. ¿Qué quiere decir eso? Pues que hoy hacía mucho, mucho viento. Un viento de otoño tan frío que parecía de invierno, y que nos ha traído un montón de hojas secas a nuestro patio. Cuando estábamos en el arenero, cerca de la valla de Primaria, nos han caído una lluvia de hojas secas que no sabíamos de donde venían. Enseguida nos hemos dado cuenta que los niños de Primaria estaban lanzando hojas al aire y el viento nos las enviaba muy amablemente. Ha sido un chapuzón de hojas en otoño.
 




 
 
     ¡Ah! Y no podemos olvidarnos de otra cosa. Ya hemos empezado a hacer el rincón de China en nuestra clase. Los primeros que nos han traído objetos para nuestro pequeño museo han sido Mara y José. José ha traído dos calendarios chinos muy pintorescos. En uno de ellos aparecen todos los animales del calendario chino, que otro día hablaremos de ellos. Ya los tenemos bien colocados en nuestro rincón.
 
 

 
 
 
      Y Mara nos ha traído un gato que parece de oro y que no ha parado toda la mañana de mover una patita. No se cansaba el gato. ¡Madre mía! Nos hemos enterado que es un gato chino de la suerte. ¡Qué bien! Seguro que si lo tenemos en nuestro rincón nos trae mucha suerte y así los Reyes Magos nos dejan un montón de regalos y a José Enrique le toca la lotería. Bueno, y a los papás y mamás de rebote también. Después del patio el profe nos ha contado la historia de estos gatos de la suerte en China. ¿La queréis saber?

 Pues resulta que hacía muchos, muchos años, en China, vivía un monje muy pobre con su gato. Apenas tenían para comer y pasar el día a día. Un día, por las cercanías del monasterio, un poderoso señor se perdió mientras practicaba la caza. Justo en ese momento se desató una terrible tormenta y el señor poderoso corrió a refugiarse debajo de un gran árbol, el más grande del frondoso valle. Ese árbol gigantón estaba al lado del monasterio del pobre monje y su gato. Cuando la tormenta estaba lanzando los rayos más fieros, el señor poderoso vio como un gato se asomaba por la ventana del monasterio y movía una de sus patas indicándole que se metiese dentro de su casa. Así hizo el señor, y  en cuanto se metió en el monasterio, un rayo fulminó el gran árbol donde él se protegía. De no ser por la llamada insistente del gato ese señor habría tenido una muerte segura. En señal de agradecimiento el señor poderoso cubrió de oro al monje y a su gato. Se puede decir que el gato dio suerte al señor poderoso, salvándole la vida, y a su amo, haciéndolo rico. Desde entonces todos los gatos en china son considerados como un animal talismán que quien lo tiene la suerte le acompañará.

     Esto no ha hecho más que empezar. Todos queremos llevar cosas para nuestro nuevo rincón. Así que nos vamos a poner las pilas y a investigar se ha dicho.


 
     El día ha acabado de la mejor manera, recibiendo todos un regalo de Lucía. Nos ha traído un libro de pegatinas para colorear. Hay un montón de dibujos diferentes. Está genial, porque las chuches nos las comemos en un momento y se nos acaban, pero este libro nos puede durar un montonazo. Muchas gracias Lucía. Hemos guardado los libros de los compañeros que faltan y cuando vuelvan Lucía os lo dará. Besitos dulces como esta tarta... a ver si sois capaces de apagar las velas de un soplido...

 


1 comentario:

  1. Aprovecho este blog para mandar desde aquí un besazo enorme a Lucía. Cómo se le notan esos 4 añazos ya, y se ha convertido en toda una mujercita. Te deseo lo mejor desde hoy hasta tu próximo cumpleaños, que si no pasa nada estaré también presente. Un abrazo enorme de tu maestro, José Enrique.

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