miércoles, 2 de marzo de 2016

PATOSA VIENE A CASA. SEGUNDO TRIMESTRE

¡Hola a todos de nuevo! Esta semana os hemos contado una noticia muy importante: resulta que Patosa ya ha visitado todas las casas de todos los compañeros del cole. Sí, sí. No le ha faltado ninguna. Y claro, os habíamos prometido, con el dedo meñique, que os enseñaríamos y contaríamos los sitios a los que ha ido y con quién ha ido. ¿Os acordáis que hace unos cuantos meses, justo en las vacaciones de Navidad, os enseñamos todas las salidas que había hecho Patosa? Si hacéis memoria la última casa que visitó fue la de Várvara, justo antes de las vacaciones de Navidad. Pues en el segundo trimestre ha continuado sus andaduras; es que le gusta mucho viajar y conocer nuevos sitios. Lo prometido es deuda, y ahora os vamos a enseñar las visitas a los amigos que faltaban. Abrid bien los ojos y no perdáis detalle alguno...



Ya en el nuevo año, en el 2016, en pleno mes de Enero, el más friolero, Patosa se marchó del cole para ir a la casa de Miguel. Si sois espabilados, diréis que ya habíamos visto la visita a la casa de Miguel. Pero como estamos repasando todos los viajes de Patosa de este trimestre, pues eso, que el de Miguel también toca verlo. Tuvo suerte los días que se fue con Miguel, porque acababan de ser hace poquito tiempo los Reyes Magos; así que pudo disfrutar de los nuevos juguetes, y también conocer a su hermano Lucas. Comieron polvorones y cantaron con la boca llena. Menuda forma de cantar más difícil.

 
Ya casi al final del mes de Enero, Patosa se marchó con nuestra amiga Mara. Resulta que les cogió tanto cariño a Mara y a su familia que se quedó con ellos una semana entera, y claro, les dio tiempo a hacer mil y una cosas: jugar con la Tablet, ir al parque a pasear, montar en bici de aquí para allá, por las tardes jugar en la ludoteca con otros niños... Un montón de cosas, y siempre juntas las dos, como si fuese Patosa la sombra de Mara. Así, es normal que no quisiera volver al cole Patosa. También ha conocido al hermano de Mara, que se llama casi como ella, Mario ¡Qué envidia!
Mirad qué lazo tan bonito y qué tarjeta tan preciosa puso la familia de Mara en el libro viajero.
 

 
Seguimos en el mes de Enero, justo, justo al final del primer mes del año. Ese fin de semana para Patosa fue casi como una semana entera, ¿Sabéis por qué? Pues porque se fue con Yeray e hizo tantísimas cosas que parece que había estado toda una semana con él y su familia. Y todo esto nos lo contaron haciendo como un puzle superchulo de todas las actividades, día a día, foto a foto. Son tantas que es una pena que no las podáis ver todas aquí, pero cuando os volváis a llevar el libro a casa, tendréis la oportunidad de disfrutar de todo. Con Yeray el viernes vio un montón de dibujos y conoció a su hermanita, Ainara, y también a su papá. El sábado fue muy divertido porque Yeray llevó a Patosa al cumple de Sergio, y allí nos vio a muchos de nosotros ¡Qué sorpresa! Y luego el domingo Yeray se llevó a Patosa al campo a cazar, con toda la familia, y también a comer. Con tantas cosas por hacer, Yeray tuvo que terminar la tarea del fin de semana el domingo por la noche, y Patosa estuvo con él, ayudándole. Eso sí que es una amiga.
 

 

 
Y llegó el mes de Febrero y los carnavales. ¡Qué bien lo pasamos esos días en el cole del dragón con los mensajes de Don Carnavalón! Pues en las vacaciones que tuvimos en carnaval, Patosa se marchó con Alonso, que se puso muy contento siendo el responsable de llevarla a su casa. Es muy cariñoso nuestro amigo, y tuvo a Patosa como si fuese una reina. Lo malo es que Alonso se puso malito esos días, y Patosa tuvo que hacer de enfermera y cuidarle y acompañarle en sus malos ratos. Pero en cuanto se recuperó un poquito, se fueron juntos al parque, bien abrigaditos, y vieron los desfiles de carnaval. Menos mal que se recuperó a tiempo el pobre Alonso.
 
 
Nuestra amiga Lucía llevaba semanas deseando que le tocase llevarse a Patosa a su casa. ¿Cuándo me toca, cuándo me toca, cuándo...? Pues al final todo llega si se es paciente, y Lucía al final lo fue, y le llegó su día. ¡Qué contenta se puso! Nada más irse con ella se la llevó a casa de su abuela y le presentó a ella y a sus primos. Después toco siesta y merendola ¡Ñam, ñam! Como Lucía es una madraza, Patosa hizo lo mismo que su anfitriona, ser otra madraza, y juntas cuidaron al hermanito pequeño de Lucía, Adrián. Entre unas cosas y otras se les pasó el fin de semana volando, volando. Y la pena fue cuándo Patosa tuvo que volver al cole. Pero bueno, no importa porque allí la ve todos los días. ¿Habéis visto que adornos más bonitos nos puso en el libro de Patosa?
 

 
Y a Patosa le quedaba por visitar la familia del último de nuestros amigos. Ciprian, nuestro gran amigo Ciprian. El fin de semana que le tocaba irse a su casa estaba Cipri malito, y no vino al cole, así que tuvieron que dejarlo para la semana siguiente. Nuestro compañero tenía muchísimas ganas de que Patosa le acompañase a su hogar. Le enseñó toda su casa, conoció a su papá y jugaron un montón con todos sus juguetes. Y además se fueron de viaje a conocer Madrid, que es la ciudad más grande que existe en España. Con lo que le gustan a Patosa los viajes largos, seguro que disfrutó mogollón. La familia de Ciprian hizo un cartel con letras muy brillantes y decorativas, para que se vea bien, incluso desde lejos.
 
 
 
Y colorín, colorado, estos viajes de Patosa se han acaba... ¡Bueno, nunca se sabe! Creemos que queda mucho curso todavía, y si se queda Patosa en el cole, desde ahora hasta el final del curso, se va a aburrir mucho sin sus viajes y excursiones. Sabemos de buena tinta que ella y el profe están tramando algo nuevo para dentro de poco. Así que en cuanto sepamos algo os lo chivamos por el blog, para manteneros informados a todos. Nosotros estaremos con la antena enchufada para ver si nos enteramos de algo. ¡Confiad en nosotros!
 
Hablando de otras cosillas, hoy han traído Dylan y Sergio unos dibujos muy graciosos para regalar. Los han enseñado en cuanto ha venido el profe, después de dar inglés a primera hora. Los que reciben un regalo o un dibujo deben dar siempre las gracias, pero ahora no sabemos si dar las gracias diciéndolo, o flotando las narices como hacen los esquimales. La segunda opción parece más divertida y cariñosa.
 

 
Y hablando de esquimales...en una ficha que hemos hecho en la que salían dos esquimales saludándose con las narices, teníamos que colorear el que estuviese en el lado derecho. Lado derecho y lado izquierdo. Somos todavía muy pequeños para aclararnos con la derecha y con la izquierda; seguro que muchos de vosotros, que ya sois adultos y bien mayorcicos, todavía os liáis muchas veces con la izquierda y con la derecha. Pues de todo esto hemos hablado un poco en la asamblea. Y el profe nos ha dicho que nuestra mano derecha es la mano con la que trabajamos y escribimos todos, menos José y Várvara, que usan la mano izquierda; ellos son zurdos y los demás somos diestros. Pues todo lo que tenemos en el lado de nuestra mano derecha, está a la derecha. Y lo que tenemos en el lado de nuestra mano izquierda, está a la izquierda. Parece una tontería y muy fácil, pero para nosotros no lo es tanto. El profe, para que nos aclarásemos mejor, nos ha pegado a todos un gomet verde en la mano derecha. Eso nos servía de pista para no despistarnos. De todas maneras esto es algo que tenemos que seguir trabajando hasta que lo asimilemos. Tenemos mucho tiempo todavía. No nos podremos nerviosos pues.
 
Nos despedimos hasta mañana y os mandamos un saludo con nuestra mano derecha, o con la izquierda... bueno, con las dos, y así no fallamos.
 
 

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