jueves, 17 de marzo de 2016

LA VERDADERA FUERZA SE ENCUENTRA EN EL CORAZÓN

¡Fuerzaaaaa! Si tenemos que decir una palabra que hayamos oído un montón en el día de hoy, esa palabra es: ¡¡¡Fuerzaaaa!!! Es la palabra favorita que usa el gran Hércules.
 
Hoy veníamos con muchas ganas al cole, porque sabíamos de buena tinta que iríamos al auditorio de Miguel Esteban, a ver una obra de teatro. La obra era "Hércules". Nosotros no sabíamos apenas nada de este personaje, pero después del teatro, nos hemos hecho fans de él y de sus aventuras.
 
Como teníamos que marcharnos al teatro, hoy no nos hemos puesto los babis a la entrada al cole, y hemos desayunado y salido al patio antes que otros días. Y claro, también nos hemos pasado del patio mucho antes. Nos teníamos que preparar para la salida por las calles de nuestro pueblo. Los más "meoncetes" directos a hacer pis, un poquito de agua para refrescarnos, abrigos puestos y mochilas a los hombros ¿Todos preparados? ¿No nos dejamos nada? Pues venga, todos puestos por parejas, de dos en dos, y marchando como una procesión de elefantes, una pareja detrás de la otra, y sin adelantarnos.


 
Nos hemos ido del cole del dragón todos los niños que allí estamos día a día. El dragón habrá pensado que dónde narices íbamos todos, que lo dejábamos tan solito. Hacía un día espléndido para pasear por las calles, con un solecito que a veces nos cegaba a nuestro paso por las aceras. Los pequeños de tres años marchaban delante de nosotros, por lo que no podíamos ir muy deprisa, que si no, los arrollábamos. Como los peques van muy lentos, muchas veces íbamos haciendo parones en el camino; en esos momentos aprovechábamos para charlar entre nosotros, para fijarnos en las casas y calles por donde pasábamos, para decir los números de las puertas que dejábamos a nuestro paso... No os podéis ni imaginar lo que da de sí una calle para entretenerse con un poco de imaginación.
 


 
Por la calle debemos ir siempre caminando por la acera, y fijarnos bien si vienen vehículos cuando queramos cruzar una calle o esquina. También teníamos que ir pendientes de la calzada, porque había zonas llenas de cacas de perro. Si viésemos a sus dueños les diríamos que por favor, la próxima vez recojan las caquitas de sus mascotas con un guante y una bolsa de plástico. Y directo al contenedor de basura orgánica.
 
Y también nos ha pasado una cosa... Una de las casas por donde hemos pasado, tenía la chimenea encendida a toda pastilla, y salía un humo muy negro; pues resulta que el viento caprichoso ha soplado hacia nosotros, y todo el humo nos ha alcanzado, y claro, hemos empezado a toser y a tener que taparnos las narices. No podíamos respirar. Ya sabemos lo que se siente al fumar y no nos ha gustado nada de nada. ¡Vaya asquito!
 
 
Y después de todas estas peripecias hemos llegado al auditorio, que es un sitio que todos conocemos muy bien, porque está al lado del parque, y juntito a la ludoteca. Cuando se pasa a un sitio así hay que guardar bien el orden y bajar el tono de voz, para no molestar, porque si no, nos pueden echar. Encima hemos pasado sin entrada, gratis total.
 






 
Pues una vez dentro hemos cogido asiento cada uno, nos hemos quitado los abrigos y mochilas, y nos hemos acomodado de la mejor manera posible. Todavía son un pelín altas las butacas del auditorio para nosotros, pero como enseguida daremos un nuevo estirón, cosa arreglada para el próximo espectáculo.
 
¡Qué empiece ya, qué empiece ya, qué el público se va! ¡La gente se marea y el público se mea!
 


 
¡Sssshhhhhh! Todos calladitos y bien atentos que la función va a comenzar. Con todos ustedes... las aventuras de...¡Hércules!
 
Érase una vez, un chavalote joven y fortachudo que se llamaba Hércules. Era hijo del gran dios de todos los dioses del Olimpo: Zeus, el dios del rayo. Hércules era mitad dios y mitad hombre: un semidios. Poseía una fuerza fuera de lo normal, capaz de partir en dos una montaña con tan solo dar un golpe de su espada. Hércules estaba enamoradísimo de una joven y hermosa muchacha, llamada Megara, que era una vulgar ladrona, aunque en el fondo era buena de corazón. Megara un día conoció al malvado Hades, hermano del dios Zeus, que vivía en los mismísimos infiernos. Hades tenía mucha envidia del hijo de Zeus, Hércules, y quería acabar con él. Pero a Hércules le protegía un medallón mágico que su padre, Zeus, le regaló.
Hades era igual de pillo que de malvado, y engatusó a Megara con una bolsa repleta de monedas de oro para que le robara a Hércules el medallón. Megara, después de pensárselo, fue a buscar al héroe para robarle.
Hércules se encontraba entrenándose a fondo con Filoctetes, el sátiro que era entrenador de héroes. Al principio le costaba mucho a nuestro héroe seguir las enseñanzas de Filoctetes, pero poco a poco consiguió convertirse en un héroe de verdad y aprender que la verdadera fuerza de una persona no se encuentra en sus músculos, si no en su corazón. Gracias a esto consiguió vencer a Medusa, a Cancerbero el perro de tres cabezas, y al mismísimo dragón de Hades.
Megara consiguió engañar a Hércules y robarle sin que se diese cuenta su medallón mágico. Pero Megara, poco a poco, sin darse cuenta, fue enamorándose de nuestro héroe. Y Hércules también de ella. Pero era demasiado tarde para arrepentirse por lo que había hecho. Hades ya poseía el medallón de Hércules por culpa de Megara. Hércules, que había confiado en ella, se sintió muy triste y decepcionado.
Era el momento para que Hades atacase a nuestro héroe, que con gran valentía se enfrentó al villano, y gracias a Megara consiguió vencerle. Pero la mala suerte hizo que Hades hiriese de muerte a Megara. Hércules, lleno de tristeza, imploró al gran dios Zeus que ayudase a su amada. Y así fue. Megara se recuperó y a partir de entonces vivieron nuestros amigos, uno al lado del otro, muy felices y enamorados. Aprendieron una gran lección: que la verdadera fuerza se encuentra en nuestros corazones.
 
 
 






 
¡Ha estado genial! La representación ha durado un montón. Más de lo que nos pensábamos, pero ha sido tan divertida y entretenida que hemos estado todo el rato atentos a lo que iba ocurriendo. Además, los personajes cantaban canciones y bailaban, y eso nos animaba aún más. Qué sorpresa. Aunque sorpresa ha sido cuando después de que terminase, y el telón estaba corrido, han salido los protagonistas a saludarnos, y muchos de nosotros, que hemos estado muy listos, nos hemos subido con ellos al escenario para saludarles y hacernos unas fotos; con Megara, con Hércules... con Hades no que es muy malo y muy feo.
 





 
Hoy no teníamos que quitarnos los babis para marcharnos a casa, porque no estábamos en el cole, y los familiares habían venido al teatro a por nosotros. Directos a casa a comer desde el teatro. Pero antes Silvia tenía que hacer una cosa muy importante. Su cumple va a ser durante la Semana Santa, y como estamos de vacaciones por esa fecha, mañana viernes adelanta la celebración de su cumple. Así que mañana tenemos fiesta de cumple de Silvia, que ya hace cinco años. Y hoy ha repartido después del teatro las invitaciones de la fiesta que celebra el sábado en Jábola. Seguro que mañana nos lo pasamos igual de bien que lo hemos pasado hoy. ¡Yupiiiii!
 
 
Os dejamos con las fotos de los personajes que hemos visto hoy. Elegid el que más os gusta a cada uno. A nosotros nos gusta...
 

 
 
 
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. Vamos que se lo han pasado pipa! Dylan ha salido haciendo Hércules temblándole las piernas jajaja.

    ResponderEliminar