jueves, 3 de marzo de 2016

LA GENEROSIDAD

¡Bienvenidos amiguitos y familias de nuevo a nuestro blog! Seguimos poco a poco nuestro viaje por el frio territorio del Polo Norte. Es un viaje duro pero fantástico. Es duro por el frio que hace allí.Ya hemos aprendido la lección y para que no se nos haga tan duro debemos abrigarnos mucho. Habíamos pensado ponernos cada uno cinco abrigos, unos encima de los otros, cuatro pares de botas, ocho guantes en cada mano, y diez gorros encasquetados en la cabeza. Seguro, seguro que así no pasaríamos ni una pizca de frio, pero claro, no podríamos mover ni un dedo con tanta ropa, y entonces sería un rollo nuestra visita al Polo Norte. Pero gracias a lo que hemos aprendido con nuestros amigos los esquimales tenemos la solución: vestirnos como hacen ellos, con pocas prendas, pero bien gorditas y calentitas. Así pueden hacer su vida normal sin parecer robots al caminar con tanta ropa.



Hemos visto que usan buenos abrigos, que llaman anoraks y parkas, que se hacen ellos mismos. No van a ninguna tienda a comprárselos, como nosotros cuando llegan las rebajas; usan las pieles de las focas y osos que cazan. Es buena idea para calentarse y no pasar frio, pero no es nada bonito pensar que cazan a los pobres animales para quitarles la piel y hacerse la ropa. Nosotros mejor nos pondríamos nuestros propios abrigos, para que ninguna foca y ningún oso polar sufran.
 
Tenemos que ponernos a practicar la pesca, porque si vamos al Polo Norte tendremos que pescar para comer. Los esquimales pescan un montón de una forma muy curiosa. Primero hacen un agujero, en forma de círculo, en el hielo, y tiran la caña de pescar para que piquen los peces que se pasean debajo del hielo; porque debajo del hielo no hay más hielo; hay agua, agua muy requetefria; seguro que el pescado que comen allí es más fresco que el del Mercadona. Nosotros no tenemos ningún mar congelado para practicar. Lo más parecido con agua y peces que hay por aquí cerca son las lagunas de los Charcones. Allí tendremos que ir con nuestras cañas de pescar.

 
La ficha que hemos hecho del libro de Patosa nos pedía que pescásemos sólo los peces que nadaban hacía abajo. Eso es fácil. Y también los peces que nadaban hacia la derecha. Eso es algo más complicado, porque nos liamos con la izquierda y la derecha, pero si seguimos la flecha naranja lo tenemos chupado. Hay que ser espabilados. Ha sido buen día de pesca. Esta noche tenemos salmones para la cena.
 
 
Y ahora vamos a ser generosos y os vamos a recitar una nueva poesía que nos estamos aprendiendo en el cole. Y hablando de ser generosos... la poesía habla de la GENEROSIDAD. Al principio, algunos de nosotros no sabíamos qué quería decir la palabra "generosidad", y no sabíamos que lo sabíamos ya. Ser generoso es ser amable con los demás y compartir tus cosas con ellos. Es dar a los demás lo que necesiten cuando nos lo piden, sin esperar nada a cambio. Desde que empezó el cole estamos siendo muchas veces generosos con nuestros compañeros: cuando les traemos un regalo porque nos apetece, cuando regalamos a todos chuches simplemente para hacerles sonreír, cuando compartimos nuestros juguetes y juegos con ellos... Pero es verdad que hay veces que nos ponemos testarudos y no nos gusta compartir; entonces ya no somos tan generosos, y nos convertimos en egoístas, que es algo más feo. Antes, cuando éramos más pequeños, nos costaba más compartir las cosas, pero conforme nos vamos haciendo mayores estamos intentado ser cada vez más generosos con nuestros amigos. Ahora os vamos a recitar la poesía, que dice así...
 
LA GENEROSIDAD
 
SI CASI NO HAY SOPA,
SI QUEDA MUY POCA,
SI QUIERES UN PLATO
Y TU AMIGO TAMBIÉN,
 
HAZ COMO POPETA,
QUE ES MUY GENEROSA:
COMPARTE TU SOPA
¡Y VERÁS QUÉ BIEN!
 
ES MUCHO MÁS DIVER
COMPARTIR LAS COSAS:
LOS LIBROS, LA ROPA...
¡NO IMPORTA CON QUIÉN!
 
 
¡Qué razón tiene la poesía de la generosidad! Nosotros la ponemos en práctica todos los días. Precisamente hoy, Silvia y Mariola han sido muy generosas con todos los demás. Han traído, cada una, una bolsa de chupa-chups y gominolas para darnos a todos. Y si ellas son generosas, nosotros debemos ser agradecidos, y siempre que nos hagan un regalo, o compartan algo con nosotros, o nos hagan un favor, debemos de dar las gracias y un par de besos; o un saludo con la nariz como los esquimales.
 
Y Ciprian y Dylan también han sido generosos y buenos compañeros, porque los dos han traído un dibujo para otros compañeros. ¡Eso es lo bonito! Pero el dibujo de Dylan traía por detrás una sorpresa para el profe, que se ha quedado con los ojos abiertos como platos cuando lo ha visto: un montón de sumas hechas por Dylan. Cuenta él que estuvo por la noche haciendo toditas las sumas, como hacemos ahora en el cole. Le hemos cambiado el nombre y ahora Dylan es el Príncipe de las Sumas. ¡Ala!
 
 
Pues esperamos que os haya gustado todo lo que os hemos enseñado hoy, sobre todo la poesía de la generosidad. Así la podéis recitar todos juntos en familia, en vuestros hogares, como hacemos nosotros en la alfombra de la clase. Y ya sabéis, que es un bonito deporte practicar la generosidad. Es sano para el cuerpo y para el alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario