jueves, 7 de abril de 2016

JARDINEROS POR UN DÍA

¡Bienvenidos de nuevo un día más a nuestro blog! Este es nuestro rinconcito especial donde os mostramos tal y como somos en el cole, las cositas que hacemos y no hacemos, y lo bien que nos lo pasamos en días tan diferentes como el de hoy. Porque hoy nos hemos convertido en jardineros y jardineras.
 
A primera hora, en el ratito de la asamblea, hemos estado hablando de las plantas y de los árboles. Ahora en el libro de Patosa estamos trabajando un montón de cosas relacionadas con la naturaleza y con la primavera. Una de esas cosas son las partes de las plantas. Ya las hemos visto varias veces y hemos aprendido que las plantas, bajo tierra, tienen la raíz, que es una parte muy importante para que vivan, porque por la raíz beben el agua que hay en la tierra. Nosotros pensábamos que bebían por la boca como nosotros, pero resulta que chupan el agua de debajo de la tierra como si sus raíces fuesen pajitas para tomarse un batido. También tienen un tallo, que es lo que va asomando por la tierra y va creciendo. Suele ser casi siempre de color verde. Y de ese tallo brotan hojitas, que cada vez se hacen más grandes y más numerosas. Al final del tallo pueden tener algunas plantas su particular flor, que es lo más elegante y majestuoso de ellas.
 
 
 
Los árboles también tiene raíces bajo la tierra, también tienen un tallo, que en ellos es un tronco mucho más grueso y gordito, y también tienen hojas y flores por todas sus ramas. Los árboles son como flores pero a lo grande. Crecen y viven de igual manera.
 
Nosotros hemos hecho esta mañana una ficha de cortar tres árboles y colocarlos por orden de tamaño: más alto, mediano y más bajo. Pero no los hemos cortado, los hemos trasplantado, que si los cortamos los matamos, pero al trasplantarlos los sacamos con sus raíces y todo de su sitio, y con cuidado de que no sufran, porque las plantas y los árboles también sufren, los hemos plantado en otro sitio nuevo. Para ello antes hay que hacer un buen agujero, meterlo con cuidado, y luego cubrirlo de nuevo con tierra. ¡Tachannnnn!









 
Ha sido un trabajo muy laborioso, pero al final gratificante. Y después del patio venía el plato fuerte del día. Era cuando teníamos que hacer de jardineros de verdad. Todos habíamos traído nuestras macetas, como el profe nos pidió; unos más pequeñas, otros medianas, otros algo grandes, otros macetas decoradas... Pero macetas todas al fin y al cabo. Pues eso, macetas preparadas...
 
 
Las macetas las teníamos que rellenar de algo... ¿Qué podría ser? ¡Pues qué va a ser! ¡Tierra! Y no cualquier tierra, una tierra especial para sembrar, mucho más oscura, mucho más fresquita y mucho más olorosa que la arena del arenero. Vista desde aquí en la foto parece una gran mancha de granos de café, pero ya os hemos dicho que esta tierra era muy oscura.
 
 
Pues manos a la obra, nos hemos dedicado a llenar nuestras macetas con la tierra preparada delante de nuestras narices. Hoy, al recoger los cubos y las palas del patio, nos hemos quedado con algunas palas para usarlas en nuestro curso express de jardinería.
 






 
Con todas nuestras macetas llenas de tierra ahora nos tocaba hacer un agujerito bien profundo con el dedo índice. Hemos empezado a meter el dedo en la tierra fresquita hasta abajo, hasta abajo, dejando un buen hueco para meter lo que íbamos a sembrar: un par de judías. Hemos metido cada uno dos judías blancas, para ver si hay suerte y empiezan a crecer y a crecer como en el cuento de Jack y las judías mágicas.
 

 
Metemos las dos judías y tapamos el agujerito con mucho cuidado y mimo. Golpeamos la tierra por arriba para que se quede la superficie durita y llanita. Está claro que los jardineros de verdad se ponen guantes en su trabajo, porque si no se mancharían un montón las manos, tanto como nosotros. Pero bueno, no pasa nada, porque cuando hemos terminado la faena nos las hemos lavado y secado.
 
Después de todo este follón tan entretenido, nos hemos levantado uno a uno y hemos dejado nuestras macetas en una mesa para regarlas. Hemos usado una regadera de color azul.
 






 
Las plantas necesitan varias cosas para crecer y vivir. Tomad buena nota. Primero, tierra donde crecer (ya hemos metido las judías en una tierra especial para plantas); segundo, algo de agua para que no se sequen (hoy les hemos dado el primer baño con la regadera, así la tierra ha quedado empapada y no les faltará agua); tercero, la luz del sol para seguir creciendo (la mesa está colocada al lado de las ventanas, por donde entra un montón de luz del sol durante toda la mañana); y cuarto y muy importante, cariño y atención (de eso no les va a faltar nada de nada, con nosotros pululando por la clase todo el día). Y ya está. Ya hemos hecho el trabajo que hacen los agricultores y jardineros. Para ser la primera vez que lo hacemos entre todos no nos ha salido tan mal.
 
Y aprovechando que hoy hemos plantado judías blancas, el profe nos había prometido desde por la mañana temprano, que después de ser jardineros, nos contaría el cuento de Jack y las judías mágicas. Hemos recogido todo lo que habíamos manchado, nos hemos sentado en la alfombra a su alrededor y hemos escuchado muy atentos el cuento que nos ha contado. ¡Qué miedo nos ha dado a algunos cuando José Enrique ha hecho la voz del gigante que aparece en el cuento! "¡FIII, FAAA, FOOO... HUELO A CARNE HUMANA !" .
 
Jack ha sido jardinero sin querer, porque ha tirado las judías y le han crecido una barbaridad, hasta el cielo, y eso sólo en un día y sin agua. Claro, así cualquiera, es que eran mágicas. Ojalá las nuestras también fuesen mágicas, y mañana cuando volvamos al cole, hubiesen crecido sus tallos por lo menos hasta el techo de la clase; y al lunes siguiente, verlas crecer hasta los tejados de las casas. ¡Quién sabe!
 
Aquí abajo dejamos un video del cuento que nos ha contado el profe: Jack y las judías mágicas.
 
 
 
 
 

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