martes, 24 de mayo de 2016

UNA MAÑANA MUY PIRATA

¡Hoy era el día perfecto para pasarlo... PIRATA! Toda la mañana la íbamos a dedicar a estos personajes tan fieros y que tanto nos gustan y nos apasionan: los piratas. Ya desde temprano, en la fila debajo del dragón, se empezaban a ver algunos niños con parches y tuertos de un ojo, algún que otro sombrero con la calavera, y muchas espadas de todos los tipos: más largas, más anchas, con la punta afilada o con la punta redondeada. Parecía que en vez de entrar al aula íbamos a hacer un abordaje a otro cole.
 
La asamblea de hoy ha sido muy distinta, porque en vez de tener encargado, hemos tenido capitán. Y había un montón de espadas relucientes por el sol que entraba a través de las ventanas.



 
De las primeras cosas que hemos hecho hoy en la asamblea ha sido recitar todos juntos la poesía en honor al Pirata Piratón:
 
EN  TODO EL MUNDO NO CREO,
QUE HUBO UN PIRATA TAN FEO.
LE FALTABA MEDIA OREJA,
SIETE DIENTES Y UNA CEJA.
ESTABA TUERTO DE UN OJO,
Y EL OTRO SE LE TORCÍA.
Y ERA TAN COJO, TAN COJO,
Y ERA TAN MALO, TAN MALO...
QUE TENÍA, ¿QUÉ TENÍA?
LAS CUATRO PATAS DE PALO.
 
Hoy, como no podía ser de otra manera, teníamos de trabajo fichas y manualidades en honor a los piratas. Una de ellas era dejar terminada una bonita isla del Caribe. Por el Caribe había un montón de islas que visitaban los piratas, y era donde escondían todos los tesoros que iban consiguiendo. Pero era muy importante tener un buen mapa para luego, años más tarde, acordarse dónde habían escondido el tesoro. Y eso es lo que hemos hecho también, un tesoro recortado, en trocitos, como un puzle, y después lo hemos tenido que pegar y formar, para que se viese el cofre lleno de monedas de oro. Para que luego digan que los piratas no son obedientes y aplicados.
 



 
La manualidad que hemos hecho después cada uno, ha sido nuestro pañuelo de pirata. Cada uno lo hemos coloreado con los colores que más nos gustaban. Después, el profe les ha ido poniendo unas gomas para poder ponérnoslos. Teníamos muchas ganas ya de convertirnos en auténticos piratas y comenzar a buscar nuestros tesoros escondidos, pero sería un pelín más tarde, después del recreo.
 
Cuando hemos vuelto del patio, nos hemos refrescado bebiendo agua y mojándonos las manos y la cara con una toallita fresquita. Ya estábamos preparados para la búsqueda pirata del tesoro. Lo primero era pasar por el "convertidor" de niños a fieros piratas. El "convertidor" era el profe con unas ceras de maquillaje y con nuestros pañuelos piratas. Cada uno le pedíamos algo distinto para la cara: todos parche, por supuesto; otros querían bigote y perilla; otros cicatrices; y los más osados, un montón de barba de auténtico pirata desaliñado. Mirad qué feos hemos quedado...
 








Ya estábamos todos hechos unos auténticos rufianes que surcan los siete mares. Al grito de ¡¡¡AL ABORDAJE!!!, nos hemos puesto todos en pie y hemos abordado nuestras mesas, como si fuesen auténticos barcos que navegan el océano.
 




 
¿Pero qué nos faltaba a todos, que es super importante para encontrar nuestros tesoros escondidos? Pues eso, los MAPAS DEL TESORO. Estos mapas no eran mapas con un dibujo de una playa o una isla del Caribe; nosotros estamos en el cole, entonces necesitamos un mapa del patio del cole, y así sí que nos será fácil encontrar el botín.
 


 
A cada pirata nos ha tocado buscar la monedas escondidas en un sitio distinto; a unos cuantos piratas les ponía el mapa que se dirigiesen a las ruedas grandes del patio. Otros cuantos piratas debían buscar bien por todos los rincones cerquita de la portería; los terceros piratas debían navegar hasta las ruedas que sirven de separación con el arenero; y ya los últimos piratas, tendrían que recorrer todo el arenero en busca de sus tesoros. La verdad es que ha sido más fácil de lo que pensábamos encontrar las monedas. Además, como parecían de oro, y brillaban mucho por el reflejo del sol, antes las encontrábamos.
 
El profe nos ha dicho que como somos piratas, podíamos hacer lo que quisiéramos con nuestro botín. Algunos se lo han zampado enseguida, porque las monedas no eran de oro, eran de chocolate. Otros se han guardado unas poquitas para casa. Y los más tragones, se han manchado tanto las manos de chocolate, que al tocarse la cara, no se sabía si la barba era negra o marrón. ¡Qué pintas tenían algunos! Se les podía haber llamado los piratas barbalate, mitad pelos de barba, y mitad manchas de chocolate.












 
Y este ha sido nuestro martes de hoy, un martes muy pirata. Ya mañana será un día totalmente distinto, con más cosas diferentes, pero también muy divertidas; mañana tenemos doble ración de diversión: es el cumpleaños de Hugo, y después del recreo nos vamos a la sala de psicomotricidad. Ahora nos despedimos, que algunos de nosotros todavía tenemos algo del tesoro encontrado, y es hora de merendar; bueno, y quién sabe, a lo mejor lo volvemos a esconder en un nuevo sitio. Tendremos que hacer un nuevo mapa para no olvidar el escondite. Hasta mañana... ¡¡¡¡¡ARRRRGGGHHH!!!!!

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