viernes, 13 de mayo de 2016

¡1,2,3, SPLASH!

1, 2, 3...¡Splash! ¡Niñ@s al agua! Este jueves ha sido el día que nos ha tocado ponernos a remojo, como nuestras mascotas Nemo y Dori. La diferencia con nuestros lindos pececitos es que nosotros no tenemos aletas y escamas, pero sí que lo suplimos con los manguitos, los churros, y los bañadores.
 
Hoy no ha habido fila a las nueve debajo del dragón. Directamente nos hemos encontrado todos los compis y el profe, en la piscina cubierta de Miguel Esteban. Una piscina cubierta es una piscina que no está al aire libre; está metida en una gran sala, y se está muy calentito dentro de ella. El agua de esta piscina no está tan fresquita como las piscinas que se abren en verano; este agua está bastante más calentita. Da mucho gustito meterse y chapotear un buen rato en ella. Parecemos garbancitos cociéndose en el caldo.







Pues lo primero ha sido desvestirse y ponernos el bañador. En la cabeza un gorro de baño, para no manchar con nuestros cabellos el agua. Unos manguitos para poder nadar sin problemas, porque muchos de nosotros todavía no sabemos mantenernos a flote. Vamos a tener que pedirle consejo sobre la natación a Patosa. Ella nos lleva una gran ventaja, porque tiene cuatro aletas con las que seguro nada a toda velocidad.
 
Como somos unos cuantos que no sabemos nadar, los monitores de la piscina hicieron con nosotros tres grupos, para meternos en tres turnos al agua. Los monitores se llamaban Rocío y Pablo. Y José Enrique, entraba y salía del agua haciéndonos fotos, y nos ayudaba a ducharnos y entrar y salir del agua. Ha sido un medio monitor de la piscina.








 
No era viernes cuando hemos estado en la piscina, pero lo parecía, porque también hemos tenido un montón de "churros", como los que nos traen las mamás los viernes. Pero ojo, que estos churros no son apropiados para mojarlos en chocolate; menuda indigestión entonces. Son los churros que hemos usado para flotar en el agua. La verdad es que han sido de gran ayuda. Sin ellos, más de uno habríamos visto las profundidades de la piscina.
 











 
Primero de todo, nos colocábamos en el borde de la piscina, sentaditos, y chapoteábamos muy fuerte con nuestros pies. Casi no podíamos ver a los monitores con tanta agua subiendo y bajando.
 
Después nos lanzábamos al agua, a recoger un montón de juguetes flotantes que había por toda la piscina. Unos estaban cerca pero otros más lejos, y teníamos que nadar mucho para recogerlos.
 
Cuando ya habíamos recogido todos los juguetes, nos salíamos de la piscina y formábamos una bonita granja de animales con todos ellos.
 
¿Y los demás compañeros qué hacían mientras que unos cuantos nos bañábamos? Pues relajarse y tomar el sol. Aunque para tomar el sol en la piscina cubierta no les ha hecho falta crema solar.
 





 
Al final de nuestro pequeño ratito en el agua, hemos subido todos a una colchoneta flotante de color azul. Ha sido como subir en un barco pirata e intentar no caernos al agua para que nos coman los tiburones. Lo divertido es que era muy resbaladiza.
 























 
Pues este ha sido el ratito que hemos pasado el jueves por la mañana. Hemos practicado un gran deporte como es la natación, mezclándolo con juegos y risas, y acompañados de todos los compañeros y amigos ¿Qué más se puede pedir? Pues repetirlo, pero ya en verano, en la piscina al aire libre.
 







 
¡Ah! Y no se nos olvida dar las gracias a las mamás, papás, tías y abuelas, que han ido a la piscina con nosotros. Son las que nos han ayudado a cambiarnos y secarnos enteritos. Sin ellas y ellos no habríamos podido hacer esta actividad tan chula. Así que para todos ellos va un besote enorme de agradecimiento ¡¡¡MUAAKK!!! Nos despedimos con un fuerte chapoteo... ¡Hasta el lunes!
 
 
 
 
 
 


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