lunes, 16 de mayo de 2016

LOS GUSANOS DE SEDA

¡Ya estamos aquiiiii! Otro lunes más al pie del cañón, dispuestos a contaros todo lo más importante del día. Hoy ha sido un lunes algo flojillo, porque estábamos todos algo cansados, con las pilas a media batería, porque ayer en nuestro pueblo, Miguel Esteban, fue un día muy importante: celebramos el día de San Isidro. Y claro, después de todo el día subiendo y bajando por el campo, con pistolas de agua a diestro y siniestro, jugando, corriendo, saltando... Pues eso, que hoy estábamos un pelín cansados y con sueño. Pero bueno, que pronto nos hemos ido espabilando, y no nos ha hecho falta que nos tiren un cubo de agua para despertar.
 
Además, nada más llegar ha habido algo que ha despertado nuestro interés. Era una caja de zapatos llena de agujeritos, que traía el profe desde su pueblo. Como a primera hora teníamos Religión, hemos tenido que esperar a descubrir la sorpresa. Aunque casi todos sabíamos de lo que se trataba: los gusanos de seda.
 
No había cuarenta, ni sesenta, ni siquiera ochenta...había al menos 100 gusanos de seda comiendo hojas de morera a dos carrillos.

 
Estos son los gusanos de seda; bueno, esos dos que están tumbados, cabeza con cabeza, no son los gusanitos; son Jaime y David, que han estado toda la mañana muy pendientes de ellos. ¿No los veis? Venga que nos acercamos un poco más...

 
¿Ya veis algo? ¿Notáis cómo se menean entre las verdes hojas de morera? ¿Todavía no? Ok, le damos al zoom y nos acercamos otro pelín, y les pedimos a nuestros compis que aparten los cabezones.


 
¡Ahora sí! Ya seguro que los veis. Hay de varios tamaños, más grandes y gorditos, medianos y otros muy chiquitines todavía. Pero confiamos que si los alimentamos bien, a diario, se van a poner muy grandes en un par de semanas. El profe traía también una bolsa llena de hojas de morera, para darles de almorzar. Nos ha dicho que nosotros también podemos colaborar, y si sabemos dónde hay ese tipo de hojas en Miguel Esteban, que recojamos unas cuantas y las llevemos al cole.
 
También nos ha dicho, y eso es totalmente cierto, que si queremos ocuparnos de unos poquitos gusanos, podemos llevar el miércoles una cajita de zapatos para llevarnos a casa nuestros propios gusanitos de seda. ¿Os parece bien mamis y papis? Dice el profe que 100 son demasiados para cuidarlos sólo él, y necesita nuestra colaboración.
 
También hemos estado hablando de la vida de los gusanos de seda. Parece increíble, pero es cierto. Nacen de huevos, y van creciendo y creciendo a base de comer hojas y más hojas de morera. Cuando son grandullones y gorditos, se van a un rinconcito de la caja donde habitan, y empiezan a fabricar una especie de capullo de seda, hasta que se quedan envueltos por completo. Ahí dentro pasan días y días, hasta que se transforman en mariposas; sufren una metamorfosis, como los Power Rangers. Y cuando son mariposas, lo que hacen es poner un montonazo de huevos, que serán sus hijitos. Lo que pasa es que estos huevos tardan un montón en nacer, justo hasta la primavera siguiente. Lo suyo es tener la caja con los huevos bien guardada en un sitio seguro, y esperar a la primavera siguiente para ver nacer los nuevos gusanitos de seda.
 
Pues ya sabéis familias, si queréis que llevemos gusanos de seda a casa, el miércoles nos llevamos al cole una cajita de zapatos. Pero el miércoles, que mañana no tenemos cole, bueno, sí que tenemos, pero nos vamos de excursión a Los Charcones. Eso os lo contaremos el próximo día. Hoy lo que os vamos a contar es el cuento del gusanito travieso y doña lengua, que nos lo ha contado el profe aprovechando que hemos dado la bienvenida a los gusanos de seda. Al profe le ha bastado con pintarse un dedito de su mano como si fuese un gusano, para contarnos esta historia tan graciosa. Pero vamos a hacer una cosa... hoy los que contamos el cuento somos nosotros. Si no lo conocéis y lo queréis aprender, nos pedís a nosotros que os lo contemos en casa. Así pasáis un ratito divertido con nosotros mientras os lo contamos. Esperamos acordarnos del cuento entero.
 
 
Pues nos despedimos; a descansar y a coger fuerzas para la caminata de mañana. El año pasado, siendo más pequeñajos, conseguimos llegar sin problemas. Este año, que ya somos unos buenos mozalbetes, vamos a llegar sobrados. Eso sí, debemos desayunar bien en casa, llevar calzado deportivo y ropa cómoda, una gorra chula y cremita solar en la cara, para evitar quemarnos con el sol de La Mancha. Y en la mochila agua y comida, pero que no nos pese una tonelada, que nos toca a nosotros llevar las mochilas; no seáis brutos papás y mamás. Hasta mañana.
 

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